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martes, 10 de marzo de 2015

Las Asociaciones de Mujeres Gitanas

Las Asociaciones de Mujeres Gitanas

 Dolores Fernández Fernández
Presidenta de la Asociación Romi de Granada
Profesora del C.E.PER.
Almanjayar-Cartuja

El feminismo en España llega tarde con respecto a otros países. En la 2ª república tuvo la mujer algo de emancipación, pero seguía imperando los valores morales tradicionales que discriminaban y oprimían a la mujer. Con el régimen franquista se sigue manteniendo estos valores pero en 1960, empieza a cambiar, se van gestando las primeras asociaciones de mujeres, aunque el feminismo se empieza a consolidar con la democracia.

Estas mujeres luchaban por conseguir la igualdad y sus derechos como mujeres, las mujeres gitanas lo hicieron bastante más tarde en los años 90. Creo que cuando se puede hablar de movimiento feminista gitano (aun entre los gitanos se tiene miedo de la palabra feminista), piensan que vamos a perder nuestra identidad como mujeres) que surge con la 1ª Asociación de mujeres gitanas de España la asociación Romi en Granada.
Empezamos un grupo de gitanas revolucionarias, algunas éramos universitarias (con mucho miedo al principio) pensamos que no íbamos a tener apoyo suficiente). Con muchas ganas de cambiar las cosas y que nuestras voces fueran escuchadas. En esta época los movimientos feministas no tienen en cuenta los problemas de las mujeres gitanas, nosotras sabíamos que nuestro cambio lo teníamos que propiciar nosotras misma, de acuerdo con nuestras tradiciones, sin perder nuestra identidad, trazando nuestro propio camino.

Este pequeño grupo de mujeres gitanas, universitarias, algo insólito en el año 1990, decidió que había llegado la hora de trabajar con mujeres. Nació Romí, con fuerza y con miedo hacia la actitud de los hombres, que al final resultaron comprensivos, porque “tampoco nos salíamos mucho de las tradiciones”. 

Pero el apoyo de las mujeres mayores fue decisivo, el motor para que Romí se planteara retos más difíciles, y revolucionarios, como la planificación familiar, retrasar la edad de casamiento y la educación. Eran tiempos de tradiciones muy arraigadas en los que la mujer gitana no salía de su núcleo familiar. No iba prácticamente al médico, siempre ocupada en el cuidado de los suyos. Que las mujeres estudiaran, en aquel momento no se veía bien, no eran apoyadas por sus familiares. Fueron muchos momentos de charlas, de concienciar a cada mujer, casi puerta por puerta. Algunas se abrían y otras permanecían herméticas. Pero nosotras no nos rendíamos y ampliamos nuestro radio de acción más allá de Granada. Transmitimos nuestras utopías, extendimos nuestra filosofía, apoyamos y difundimos el asociacionismo entre otras mujeres, de todos los estratos sociales y económicos, tanto en España como en Europa.

Este movimiento se fue consolidando poco a poco, en las 1ª y 2ª Jornadas sobre la situación de la mujer gitana celebradas en Granada y organizadas por ROMI, en 1991 y 1992, fueron el germen del movimiento reivindicativo de las gitanas tanto a nivel nacional como internacional, aquí se encendió la chispa para gozar de mas oportunidades para el resto de las mujeres gitanas.

En estas jornadas, que fueron muy participativas se debatieron muchas ideas, se hicieron proposiciones, se elaboran conclusiones, etc,, y se hizo eco de nuestros problemas, de nuestras reivindicaciones y tomamos cierto protagonismo.

A partir estas jornadas surgen otras asociaciones como Romi Serseni de Madrid, Sinando Kali de Jaén, Asociación de mujeres gitanas progresistas de Cantabria, etc.. y mas adelante aparecen las federaciones de mujeres. Actualmente hay en cada provincia una Asociación de Mujeres.

Desde nuestros comienzos las activistas de la Asociación Romi, teníamos y tenemos una un filosofía muy clara de lucha y de reivindicación, por eso ROMI es una asociación muy activa, donde hay bastante participación por parte de la población gitana .

• Sus profesionales somos un grupo de gitanas (universitarias , educadoras, monitoras, voluntarias…) muy implicados en mejorar la situación de nuestro pueblo .

• La filosofía de ROMI es luchar por los derechos de las mujeres, de manera seria y reivindicativa, sin perder nuestra identidad cultural.

• Todas las implicadas en esta asociación, (socias, profesionales, voluntarias, usuarias etc..) formamos parte de un movimiento compacto, abierto a las opiniones, aportaciones y necesidades de todas. Estamos convencidas de que otra realidad es posible y con el esfuerzo de todas, el futuro será mejor.

En un principio tuvimos algunos problemas, muchos hombres, maridos y familiares no nos apoyaban, nuestras ideas eran muy avanzadas con respecto a las tradiciones del momento, pero a pesar de todo, somos muy luchadoras, somos conscientes que no es fácil, pero tenemos una gran capacidad de trabajo, estamos convencidas de la igualdad de oportunidades, de que por ser gitana a veces tienes menos posibilidades, pero también creemos que si nos formamos podemos vencer estos problemas.

Hay que reconocer que los progresos que hemos tenido las mujeres gitanas ha sido gracias a las asociaciones de mujeres, que hemos luchado mucho, a veces en soledad, con pocos apoyos (tanto de las instituciones de mujeres no gitanas, instituciones en general y de las ONGS gitanas) y por supuesto de nuestra propia familia.

Nos hemos tenido que enfrentar por un lado a nuestra propia cultura, y por otro lado participar en las reivindicaciones sociales y políticas de fuera de nuestra cultura, así, por un lado reivindicamos que la joven gitana estudie, tenga libertad y por otro lado tenemos que exponer nuestros problemas y necesidades a los poderes públicos para que se nos tengan en cuenta y todo esto le sumamos nuestras obligaciones familiares que sabemos que no podemos abandonar (cuidado del marido, padres, hijos, hermanos etc.…)

Tenemos que valorar el esfuerzo que hacen las Asociaciones de mujeres gitanas, a veces este gran esfuerzo no es reconocido por casi nadie, a veces no tenemos recompensa, a veces es criticado, a veces es marginado y muchas veces es ignorado.
Somos las Asociaciones de mujeres gitanas muy valientes, porque no pedimos para nosotras, siempre pedimos para los demás así que pocas veces reivindicamos la igualdad de género, aún no tenemos conciencia de ello, pero hemos conseguido que muchos programas y proyectos se hagan para nosotras.

Esta revolución silenciosa está calando en los valores culturales y se empieza a reconocer estos derechos de igualdad sobre todo en la juventud gitana (ya no se ve mal que una joven gitana sea universitaria y de hecho hay mas chicas gitanas con estudios superiores que chicos y empieza a verse a jóvenes gitanos ayudar en las tareas domésticas).

En estos últimos años hemos conseguido retos que nos parecían impensables en un principio, aunque aun quedan muchos hacerlos realidad, pero tenemos que tener en cuenta que este movimiento se esta haciendo en soledad, cada asociación de mujeres gitanas lo está haciendo por su cuenta, aunque nos queda la coordinación entre nosotras, los intercambios, las reuniones, etc.…

Las ayudas que recibimos no son suficientes, (la administración nos da ayuda económica y poco más) y no a todas las Asociaciones de mujeres, que recibimos menos financiación que las Asociaciones de mujeres –payas- y menos financiación que las Asociaciones gitanas.

Las Asociaciones gitanas que podemos llamar macro como las federaciones, fundaciones, asociaciones etc.

… Creo que deberían ayudar y apoyar más a las asociaciones gitanas de mujeres y darnos más protagonismo, a veces estas grandes ONG’s son algo solidarias con este movimiento pero deberían de ser bastantes más y ayudarnos a aunar esfuerzos, crear redes de comunicación y no ir cada una por su lado.

Las asociaciones de mujeres seguimos siendo ignoradas por casi todos los sectores que nos rodean, solo algunas hemos conseguido el protagonismo merecido, después de muchos años de lucha y reivindicación superando todas los obstáculos y trabas encontradas en nuestro camino. Hemos tenido que demostrar día a día que podemos hacer las cosas bien, se nos ha exigido mas que a otras asociaciones por el hecho de ser mujeres y gitanas, (después de 15 años de existencia, a la Asociación Romi de Granada se nos premia por la labor realizada)

Lo importante en la participación es que se nos vea: ocupando espacios, obteniendo reconocimiento, que sepan que existimos, que estamos ahí luchando, tenemos que escribir sobre nosotras, tomar la palabra pública, alzar nuestras voces colectivas.

Debemos de empezar a tener influencia y autoridad, a poseer referentes en quienes miramos, tenemos que empezar a brillar como mujeres con representación, con influencia, con poder.

Tenemos que empezar a liderar, con insistencia y reclamaciones, que ciertas costumbres, instituciones y acciones que nos han marginado vayan cambiando. Esto sabemos que es muy difícil, liderar los cambios a nuestro favor es algo fundamental para mejorar nuestra situación.

Siempre fuimos apartadas de los espacios públicos, de la toma de la palabra y del protagonismo en la ejecución de decisiones. Esta dolencia social tiene todavía una convalecencia que nos mantiene aisladas o ajenas al mundo que se llama político. No nos vemos ahí. Como no estamos, no nos imaginamos, y como no nos imaginamos no nos vemos. Y son espacios tan vacíos de mujeres, que se nos hacen arduos, dificultosos o inaccesibles y con ello no damos lugar a que las jóvenes se vean en ellos con luz y voz propia.

Este es uno de los callejones oscuros en los que estamos en la actualidad. Las pocas mujeres que están en espacios de poder suelen actuar como la voz de su amo. Pero esta innovación la tendremos que liderar nosotras, siendo muchas de nosotras legisladoras, jefas, pensadoras influyentes, artistas, creadoras etc.., y podremos con ello contrarrestar esa falta de decisión que mostramos cuando se trata de alzar nuestras voces articuladamente, participar activamente en política o aparecer en puestos representativos y electos.

Las mujeres movemos el mundo, pero no tenemos el poder. La lucha es muy dura pero gratificante. Desde esa invisibilidad, las asociaciones seguimos apoyando a las mujeres, estamos construyendo, creciendo, reivindicando, trabajando día a día, a veces nos sentimos solas, dolidas por la incomprensión pero después de conseguir los objetivos nos alegramos y reconocemos que ha merecido la pena nuestro trabajo.
Ahora tenemos el gran reto de consolidar y desarrollar el movimiento femenino gitano, donde estemos todas unidas, con objetivos comunes y respetando al mismo tiempo las diferencias.

En resumen, la voz y labor de las mujeres gitanas es sumamente importante y trascendente en este camino ya iniciado pero del que queda mucho por recorrer. Y en este proceso deben orientar sus esfuerzos en conseguir, entre otros, los siguientes objetivos: -Ayudar a otras mujeres, predominantemente gitanas, pero también no gitanas. -Contribuir a que las mujeres gitanas tomen conciencia de sus derechos, de sus propias capacidades para participar de forma activa en su sociedad y en su comunidad. -Promocionar a todas las mujeres gitanas artistas como escritoras, poetisas, pintoras, médicas, políticas… -Alentar a la mujer gitana a que participe activamente con su presencia en cargos públicos y privados. -Contribuir a mejorar el asociacionismo de la mujer gitana. -Alentar la unión y la solidaridad en esta “lucha pacífica”, en modo alguno utópico, pero sí espinosa, entre todas las mujeres gitanas y no gitanas, para que de esta unión todas seamos escuchadas y respetadas como mujeres y como gitanas. Por último, señalar tres ideas importantes: La necesidad de unión y solidaridad entre todas las mujeres (gitanas y payas) La importancia que la mujer gitana históricamente ha tenido y tiene para mantener viva su cultura. Los deseos, no gratuitos, sino totalmente necesarios, de la mujer gitana de ser miembro activo de su sociedad, de gozar de libertad y los derechos que como persona y como mujer le corresponden. Y todo ello compatibilizándolo con su derecho y deber gitano. .

En todo este devenir de lucha, he vivido episodios que me han conmovido, los que mas han sido todos aquellos que tienen que ver con la formación académica, soy profesora, el haber enseñado a muchas mujeres gitanas a leer y a escribir, al mismo tiempo concienciarlas de la igualdad era un poco complicado, o cuando íbamos casa por casa explicando la planificación familiar, que tuvimos que formar a educadoras de familia, chicas que explicaran estos temas tan tabú para nosotras.

Dar a conocer otras realidades, otros caminos a las mujeres gitanas, era muy sorprendente, sobre todo ver como las mujeres a pesar de su ignorancia, querían cambiar, querían superarse, su capacidad de esfuerzo era impresionante, venían cansadas(después de trabajar, arreglar la casa, cocinar, cuidar de sus hijos) a mi escuela a aprender, los maridos decían y siguen diciendo, que se saque ella el graduado, y ellas me sonríen, con una mirada de complicidad, aprovechando la oportunidad y la benevolencia del marido para estudiar, esta situación me conmueve cada curso durante toda mi vida de profesora, esto me motiva a seguir luchando, cada vez que veo el interés de mis alumnas por superarse, hace que cada día me plantee que yo les debo el gratificante deber de ayudarlas, de enseñarlas, de motivarlas etc.. como mujer y como gitana.

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